Los años pasan y jamás perderemos la costumbre de echar en falta a los que ya no están. Por perder, no perderemos ni las ganas inmensas de comer, ni la sonrisa ante cada canción antigua,ni los nervios y la ilusión en la noche del cinco de enero. Tampoco dejaremos jamás de buscar el abrazo de esa persona ante el frió invierno, ni de desear feliz año a las personas que más queremos . Hay cosas que nunca cambiarán, y dormir con el sonido de la lluvia de fondo o poner el árbol de navidad mucho antes de que empiece, siempre serán placeres de la vida. Quizás nos pasamos demasiado tiempo preocupados por nuestros propios problemas, que no valoramos los momentos que vivimos día a día con esas personas esenciales en nuestra vida. Buscas la felicidad sin saber que la tienes en cada instante que estas viviendo. Olvídate del mañana, de lo que pasará después, olvídate de todo aquello que te aleje de sonreír, vive cada momento como si fuese el último y no te olvides de vivir la Navidad.
Y yo no necesito que este lloviendo, ni que la nieve inunde la ciudad, ni que los termómetros exploten del frío para vivir la navidad, eso no se nota, se siente.
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